Saludos espero que sea de su agrado

Los Hombres De La Historia -CEAL

lunes, 29 de agosto de 2011

Un poco de La historia de "Los Hombres"




UN POCO DE HISTORIA

SOBRE LA COLECCIÓN

Los hombres de la historia

Inicio de publicación: 1968

Dirección de colección: Haydée Gorostegui de Torres

Equipo de trabajo: Margarita Pontieri (secretaría de redacción); luego

sucedida por Ricardo Figueira; Graciela Cabal;

Graciela Montes (a cargo de la primera reedición);

Néstor Míguez, María Emma Espoille, Fernando Lida

García, Carlos Altamirano, Oberdán Caletti, Cristina

Iglesia, Eduardo Prieto, Adriana Savini, Antonio

Bonnano y Susana Bahamonde (traducción).

Características: El material base de la colección es la traducción de la

serie italiana I Protagonisti della Storia Universale de la

Compagnia Edizioni Internazionali de Milán, a la que

se le agregaron también nuevas figuras.

Gorostegui de Torres había viajado a Italia y allí descubrió

la colección. Desde el Centro Editor gestionaron la autorización

para la publicación del material, cuyos derechos

–aparentemente– el sello europeo nunca cobró. Desde

Milán llegaban las películas de los fascículos y también

los reclamos por la falta de pago que –al decir de Heber

Cardoso– el gerente general terminaba por disuadir “mágicamente,

con alguna fórmula secreta que surtía efecto”.

La colección fue agrupada en 26 tomos y tuvo varias reediciones

(en las que se modificó el orden de los títulos), incluida

una realizada más recientemente por el diario Página/12.

UNA DE LAS REEDICIONES


1. Freud – Elvio Fachinelli.

2. Churchill – Ernesto Ragionieri.

3. Leonardo da Vinci – Jacques Guillerme y M. Th. Mandroux.

4. Napoleón – Walter Markov.

5. Einstein – L. Castellani y L. Gigante.

6. Lenin – Christopher Hill y Bernardino Farolfi.

7. Carlomagno – Jean Bachelot.

8. Lincoln – Mario Calamandrei.

9. Gandhi – Giorgio Borsa.

10. Van Gogh – Mario De Micheli.

11. Hitler – Jean-Claude Favez.

12. Homero – Fausto Codino.

13. Darwin – Pietro Omodeo.

14. García Lorca – Rafael Alberti.

15. Courbet – Mario De Micheli.

16. Mahoma – Alessandro Bausani.

17. Beethoven – Werner Rainer.

18. Stalin – Isaac Deutscher.

19. Buda – Mario Bussagli.

20. Dostoievski – Nina Gourfinkel.

21. León XIII – Carlo Falconi.

22. Nietzsche – Mazzino Montinari.

23. Picasso – Mario De Micheli.

24. H. Ford – Ruggiero Romano.

25. Francisco de Asís – Jacques Le Goff.

26. Ramsés II – Sergio Bosticco.

27. Wagner – Erich Kuby.

28. F. D. Roosevelt – Arthur Schlesinger Jr.

29. Goya – José María Moreno Galván.

30. Marco Polo – Ugo Tucci.

31. Tolstoi – Maria Bianca Luporini.

32. Pasteur – André Migot.

33. Mussolini – Ruggero Zangrandi.

34. Abelardo – Franco Alessio.

35. Pío XII – Carlo Falconi.

36. Bismarck – Carlo Pinzani.

37. Galileo – Paolo Rossi.

38. Franklin – Raimondo Luraghi.

39. Solón – Giovanni Ferrara.

40. Eisenstein – Morando Morandini.

41. Cristóbal Colón – Ruggiero Romano.

42. Tomás de Aquino – M. D. Chenu.

43. Dante – Paul Renucci.

44. Moisés – Valentin Nikiprowetzky.

45. Confucio – Lionello Lanciotti.

46. Robespierre – Albert Soboul.

47. Túpac-Amaru – Boleslao Lewin.

48. Carlos V – Fernand Braudel.

49. Hegel – Livio Sichirollo.

50. Calvino – Jean-François Bergier.

51. Talleyrand – Jacques Godechot.

52. Sócrates – Francesco Adorno.

53. Bach – Bernhard Paumgartner.

54. Iván el Terrible – Aleksandr Zimin.

55. De la Coix – Antonio Del Guercio.

56. Metternich – Narciso Nada.

57. Disraeli – Royden Harrison.

58. Cervantes – María Teresa León.

59. Baudelaire – Francesco Orlando.

60. Ignacio de Loyola – Jean Delumeau.

61. Alejandro Magno – Víctor Ehrenberg.

62. Newton – Giullio Preti.

63. Voltaire – Sergio Landucci.

64. Felipe II – Fernand Braudel.

65. Shakespeare – Gabriele Baldini.

66. Maquiavelo – Sergio Bertelli.

67. Luis XIV – François Lebrun.

68. Pericles – Giovanni Ferrara.

69. Balzac – Vito Carofiglio.

70. Bolívar – Louis Wiznitzer.

71. Cook – Folco Quilici.

72. Richelieu – Jean Kuéniart.

73. Rembrandt – Leonello Puppi.

74. Pedro el Grande – Mijail Volkov.

75. Descartes – Paolo Cristofolini.

76. Eurípides – Vicenzo Di Benedetto.

77. Arquímedes – Attilio Frajese.

78. Augusto – Ettore Lepore.

79. Los Gracos – Emilio Gabba.

80. Atila – Mario Bussagli.

81. Constantino – Salvatore Calderone.

82. Ciro el Grande – Gherardo Gnoli.

83. Jesús – Etienne Trocmé.

84. Engels – Ernesto Ragionieri.

85. Hemingway – Giuseppe Trevisani.

86. Le Corbusier – Francesco Tentori.

87. Eliot – Roberto Sanesi.

88. Marco Aurelio – Giovanni Ferrara.

89. Virgilio – Antonio La Penna.

90. San Martín – José Luis Busaniche.

91. Artigas – María Blanca París de Oddone.

92. Marx – Aldo Zanardo.

93. Hidalgo – Josefina Vázquez de Knauth

94. Chaplin – Ismael Arcella y Edgardo Kleinman.

95. Saint-Simon – Raphael Pividal.

96. Goethe – Ana María Dell’Agli.

97. Poe – Roberto Sanesi.

98. Mechelet – Claude Mettra.

99. Garibaldi – Denis Mack Smith.

100. Los Rothschild – Giorgio Mori.

101. Cavour – Arnaldo Salvestrini.

102. Laplace – Roberto Pasquinelli.

103. Jackson – Giuseppe Mammarella.

104. Pavlov – Felice Piersanti.

105. Rousseau – Paolo Casini.

106. Juárez – Abelardo Villegas

107. Miguel Ángel – Umberto Baldini.

108. Washington – Tiziano Bonazzi.

109. Salomón – André Dupont-Sommer.

110. Gengis Khan – Ande Nigot.

111. Giotto – Renzo Federrici.

112. Lutero – Delio Cantimori.

113. Akhénaton – Sergio Donadoni.

114. Erasmo – Alberto Tenenti.

115. Rabelais – Mario Bonfantini.

116. Zoroastro – Gerardo Gnoli.

117. Guillermo el Conquistador – George Slocombe.

118. Lao-Tsé – Piero Corradini.

119. Petrarca – Ernest Hatch Wilkins

120. Boccaccio – Giuliano Innamorati.

121. Pitágoras – María Timpanaro Cardini.

122. Lorenzo el Magnífico – Sergio Romagnoli

123. Hammurabi – Pelio Fronzaroli.

124. Federico I – Paul Manselli.

125. Giordano Bruno – Eugenio Garín.

126. Napoleón III – Walter Markov.

127. Victoria – Lionel Mumby y Lucy Hutchinson-Mumby.

128. Juares – Madeleine Reberioux.

129. Bertolt Brecht – Paolo Chiarini.

130. Che Guevara – Carlos María Gutiérrez.1

131. Proust – Maurice Beutler.

132. Franco – Miguel de Amibilla.

133. Dantón – Albert Soboul.

134. Kemal Atatürk – Giampaolo Calchi Novati.

135. Lavoisier – Maurice Daumas.

136. Bertrand Russell – Eduardo Rabossi.

137. Marat – Albert Soboul.

138. Justiniano – Paolo Frezza.

139. Camilo Torres – Manuel Ossa.

140. Francisco Solano López – León Pomer.

141. Ho Chi Minh – Noël Barbu.

142. Lumumba – María Elena Vela de Ríos.

143. Luther King – Horacio Gualdieri.

144. César – Giovanni Ferrara.

145. Mariano Moreno – Sergio Bagú.

146. Aristóteles – Carlos Augusto Viano.

147. Luchino Visconti – Ismael Arcella.

148. Sarmiento – Noé Jitrik.

149. Hipócrates – Giovanni Pugliese Carratelli.

150. Platón – François Chatelet.

151. Aníbal – Giancarlo Susini.

152. Los Kennedy – Miguel de Amibilla.

153. Diego Rivera – Luis Seoane.

154. Von Braun – Juan de Urgull.

155. Los Curie – Leticia Halperin Donghi.

156. Malcolm X – María Elena Vela de Ríos.

157. Stendhal – Vittorio Del Litto.

158. Pío IX – Narciso Nada.

159. Sartre – Guillermina Garmendia de Camusso.

160. Dalí – Lorenzo Varela.

161. Eva Perón – Rodolfo Tettamanti.

162. Mao Tse Tung – José Aricó.

163. José Martí – Noé Jitrik.

164. Byron – Roberto Sanesi.

165. Verdi – Armando Gentilucci y Luigi Pestalozza.

166. Trotsky – Alberto Pla.

167. De Gaulle – Oscar Troncoso.

168. Montaigne – Jean Bachelot.

169. Piaget – Emilia Ferreiro.

170. Juan XXIII – Miguel de Amibilla.

171. Nasser – Celma Agüero.

172. Marcuse – Guillermina Garmendia de Camusso.

173. George Sand – Edmon Masson.

174. Ben Gurión – Martín Bianchi.

“Nosotros hicimos traducir acá los títulos y agregamos una serie de

fascículos sobre personajes latinoamericanos o más nuevos, que no estaban en

la edición italiana. Una de las primeras biografías del Che la hicimos nosotros

especialmente para Los hombres. La realizó un periodista uruguayo que había

entrevistado a Guevara en la Sierra Maestra”.

Boris Spivacow

Extraído de Boris Spivacow Memorias de un sueño argentino.

Entrevistas de Delia Maunás, Colihue, Buenos Aires, 1995

“La colección italiana era mucho más larga. Allá habían conseguido títulos maravillosos

como el Carlos V o el Felipe II escritos por Fernand Braudel, el inventor de

la nueva historia... Y cómo éste, otros. Después nosotros agregamos otros títulos: no

estaba Chaplin; no pusimos a Perón pero sí a Evita y tampoco había casi nada sobre

cine. Le propuse a Boris dedicar un fascículo a Fellini y me miró con asco porque él

quería a Visconti. Unos veinte años después reconoció que yo tenía razón”.

Ricardo Figueira

secretario de redacción

“Uno de los primeros trabajos que tuve cuando llegué de Corrientes a

Buenos Aires fue como traductor para Los hombres. Yo leía italiano pero nunca

había traducido, sin embargo, como la necesidad tiene cara de hereje, me presenté.

Traduje varios y ahora que los leo siento que están bastante mal traducidos.

Pero la colección italiana era muy buena, se nota en los fascículos que fue realizada

por gente de izquierda. Y a mí me gustaba mucho. Con todo lo que publicaba

el Centro Editor me ocurría lo mismo que me pasaba en la infancia con la

Enciclopedia El tesoro de la juventud: allí estaba todo lo que uno quería tener”.

Carlos Altamirano

actual director del Programa de Historia Intelectual

de la Universidad Nacional de Quilmes

“Mi primer contacto con el Centro fue un vendedor a domicilio que me

vendió un paquete de libros. Había de todo un poco: Los hombres, Capítulo, unos

libros de psicología... El segundo contacto fue una pelea porque me dieron dos tomos

de Los hombres y uno venía fallado. Tuve una larga discusión telefónicamente

con alguien de ventas y finalmente me mandaron uno nuevo por correo pero no

me reclamaron el anterior así que me quedé con dos ejemplares. Ni se me había

ocurrido pensar, en ese momento, que iba a terminar trabajando allí”.

Miguel Palermo

antropólogo

“Cuando Boris decidió su renuncia a EUDEBA, luego de la Noche de los

Bastones Largos, yo me opuse a renunciar a la Universidad porque consideraba

que no había que dejarle el campo vacío a la dictadura, que había que demostrar

que nos quedábamos para pelearla. Boris tomó muy mal mi actitud, discutimos

mucho y –aunque finalmente a mí me echaron en el 67 de la Universidad– él se

enojó tanto conmigo, que significó un corte en nuestra relación. Hasta que, dos

años después, me llamó para escribir la biografía de Trotsky –que no figuraba en

la edición original– para Los hombres. Hice el fascículo y a través de él, y sin que

mediara mucha palabra, retomamos nuestra relación. Un año y medio después

me pidió que, siguiendo el mismo mecanismo, armara Los hombres de América”.

Alberto Pla

historiador y profesor universitario

“El material en el Centro se reciclaba. Cuando volvían los fascículos de

los kioscos se decidía encuadernarlos en tomos y para eso había que sacarles

los ganchitos que tenían. Había un muchacho, de Valentín Alsina, que se

llevaba toda la devolución y ponía a todo el barrio a sacar ganchitos. Yo, a

las seis de la mañana, cruzaba el puente e iba casa por casa recolectando a la

Reina Victoria, a Freud y a otros fascículos de Los hombres, sin ganchitos, y los

llevaba a encuadernar en tomos”.

Aníbal Ford

en el Centro Editor fue desde director de colección hasta fletero

“Teníamos que despachar una partida de la serie de Los hombres para exportar

a México, y para ello teníamos que transformar los fascículos que venían

en devolución, en tomos: separar la tapa, sacar los ganchitos que sostienen las

hojas, poner en orden las páginas, el índice, las cubiertas y mandar todo a la

imprenta a reencuadernar. Como era urgente, ese 7 de julio de 1976 me quedé

trabajando en el sótano del depósito de Castro Barros esquina Tarija, a la nochecita,

junto con mi señora, que me ayudaba. Tomábamos mate, yo sacaba

los ganchitos y ella, las tapas. De pronto ocurrió que golpearon la puerta, abrí

y aparecieron unos cuantos señores, todos de civil, armados, que empezaron a

recorrer el depósito. A uno de ellos se le ocurrió, al ver una cantidad de cajones

acumulados, que los ganchitos debían ser para fabricar balas. ‘Van a tener que

acompañarme’, nos dijo el señor que comandaba el asunto. Afuera tenían tres

coches y cuando salimos el hombre nos puso una venda en los ojos, las manos

atrás, nos dio una patada y nos tiró al interior del coche: yo de un lado y mi

señora del otro. Cuando nos bajaron, nos dejaron vendados, con las manos

atadas en un patio, hacía mucho frío... Tengo idea de que viajamos alrededor

de una hora y, por el ruido de aviones que escuchaba, que estábamos cerca

del Aeroparque. No fuimos torturados físicamente pero recibimos amenazas

verbales. Un militar, paraguayo como yo, me decía que estaba gestionando con

el jefe del lugar para poder llevarme al Paraguay a fin de liquidarme. Nunca

nos explicaron por qué nos habían detenido. 48 horas después nos soltaron, a

las dos de la mañana en una plaza de Palermo, nos indicaron que contáramos

hasta cien y que después abriéramos los ojos y que si mirábamos nos mataban.

Cuando nos largaron, uno, que había de ser un oficial, llegó a decirme que

hiciera de cuenta que fue un mal sueño, o una pesadilla, que fuera a mi casa y

al día siguiente siguiera trabajando como hasta entonces”.

Wenceslao Araujo

jefe de depósito.

Araujo fue, dos años después, uno de los empleados de la editorial,

detenidos a raíz de la causa “Centro Editor de América Latina

s/Presunta Infracción a la Ley 20840”, que culminó con la

quema de libros en un baldío de Sarandí. Estuvo alojado

junto a sus compañeros en la Comisaría 1a de Avellaneda,

luego denunciada como lugar de detención y torturas.

Araujo tiene dos hijos desaparecidos, Wenceslao Araujo y

Porfidia Araujo de Narváez y su compañero Raúl Alberto Iglesias.

“La reedición de Los hombres resultó bastante trabajo porque no sólo tenía

que encargar los nuevos trabajos o las actualizaciones (por ejemplo, me

acuerdo de la de Emilia Ferreiro para el Piaget) sino que además tenía que

cortar y pegar líneas de texto en los acetatos (un antepasado de las películas)

para salvar las erratas o introducir las correcciones, todo para no gastar en

películas nuevas, lo que a Boris le parecía un desperdicio. De todas formas, el

trabajo me encantaba, era un poco como las palabras cruzadas, y ejercitaba la

paciencia. De ese período me acuerdo también que ya preventivamente había

autores que preferían que sus nombres no aparecieran”.

Graciela Montes

Escritora

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